¿Es difícil salir del vicio del cigarro?, quieres gastar una fortuna en medicamentos que incluso puede que no te sirvan, no es ninguna propaganda ni nada por el estilo, lo único que tienes que hacer es proponerte firmemente dejar el cigarro, no fumare. ¿Difícil?, la gente escabulle un poco sobre el tema del cigarro, prefieren seguir fumando en vez de darse cuenta los problemas que este ocasiona, esas fotos que son bastantes repulsivas y que salen en las cajetillas, no hacen mucho efecto, muy pocas son las personas que dicen, Oh! que horror ¡dejaré de fumar ahora mismo!, si quieres dejar el cigarro, lo único que tienes que hacer es proponértelo, no hay muchos métodos que te ayuden al 100%, sólo tú eres el que tiene la fuerza para decir, lo haré. Aunque suene cursi o cristiano, cosa que no me gustaría que pensaran, pero resultados muestran que las personas que dejan el cigarro de forma brusca e inmediata, tienen muchísimo mejor resultado que las personas que lo van dejando de forma gradual. Por que uno termina diciendo, fumo de vez en cuando, o en vez de fumarme 5, me fumaré 3, eso no esta tan mal, pero al final siempre terminan diciendo, bueno un puchito (cigarrito) de más no me hará mal, o ¡si ya no fumo como antes!, y así mil excusas que en lo único que te ayudan es volver al vicio.
Ahora voy dar información del libro: Nuevo tratado Médico consejos sanos para sanos y enfermos, de aquí ya he sacado información muy útil que he compartido con ustedes, y en esta ocasión (y espero que en muchas más) no sea la excepción de ocuparlo, hablando del tabaco encontramos muchos contras, y es bueno saber un poco de lo que aconsejaría un médico.
Primero que nada, daremos a conocer una breve historia del tabaco, no esta mal conocer un algo de cómo esta planta fue evolucionando hasta llegar a cajetillas que venden en el local de la esquina.
Breve historia del tabaco
De cierta familia de plantas americanas llamadas solanáceas virosas, por tener sus hojas olor desagradable, provienen plantas de valor tan distinto como el tabaco, la papa y el tomate, además de otras útiles en medicina. el uso del tabaco en América data de tiempo muy remoto, pues en un bajorrelieve maya del siglo VI O VII de nuestra era, ya aparece la representación de un sacerdote fumando.
Distintas tribus utilizaban el tabaco en ceremonias religiosas, como medicamento y también como hoy, por hábito.
Al día siguiente del descubrimiento de América, en una nota de Colón, se hace referencia a hojas secas, probablemente de tabaco, que le fueron dadas por los indígenas. Y unas tres semanas más tarde en Cuba, anota el informe de dos expedicionarios, Rodrigo de Jérez y Luis de Torres, enviados a explorar parte de dicha isla, observaron que hombres y mujeres de cierta región estaban fumando. El uso del tabaco en diversas formas se había extendido a pueblos indígenas del Norte y del Sur. Se relata que Rodrigo de Jérez adquirió la costumbre de fumar, y que la regresar a España fue encarcelado por la Inquisición, pues se tomó como cosa del Averno (Infierno) el que despidiese humo por la boca y la nariz. En francia el propagador fue Juan Nicot, embajador de esa nación en portugal, y de su nombre deriva el nombre de nicotina tabacum que dio Linneo a la planta de tabaco, y el de nicotina que fue dado al principal alcaloide que contiene.
Sir Walter Raleigh fue su propagador en Inglaterra. Así fue extendiendo el hábito de usar tabaco en todo el mundo Occidental y en el Oriente, a pesar de la oposición de ciertos gobernantes y autoridades eclesiásticas. Al principio se fumaba mayormente en pipa, luego también se utilizaron los cigarros, usándose más tarde el tabaco por inhalación bajo forma de rapé y por masticación. Por último, en el último tercio del siglo XIX, se popularizo el cigarrillo, que es la forma más utilizada hoy. La cantidad de tabaco que se produce y consume actualmente en el mundo es enorme. Ya era de 232 millones de toneladas en 1936 y su uso aumentó desde entonces. En la cifra antedicha de tabaco hay unas 40.000 toneladas de nicotina.
LA NICOTINA
Aunque la principal acción del tabaco sobre el organismo se debe a la nicotina, hay varios otros alcaloides en menor proporción, como la colidina, aún más tóxica; y además otras sustancias que se encuentran en el humo, como ser la piridina; el oxido de carbono; el alquitran de tabaco, del cual el componente más irritante es el llamado benzopireno; el furfurol; la acroleína; el ácido cianhídrico (prúsico), y muchas más, todas ellas irritantes o tóxicas.
Características
La nicotina es un alcaloíde líquido, incoloro (aunque se pone de color castaño al contacto con el aire), muy soluble en el agua. La acción principal de la nicotina sobre el sistema nervioso, es la de excitar brevemente en el primer momento, luego deprimir, y más tarde paralizar los ganglios del sistema llamado autónomo o neurovegetativo. Tiene también una acción semejante sobre el sistema nervioso central. A través de esta acción sobre el sistema nervioso, la nicotina puede afectar el calibre de los vasos sanguíneos en distintas partes del cuerpo, la presión arterial, el número y regularidad de los latidos del corazón, la respiración, etc.
La nicotina es una de las sustancias más tóxicas que se conocen, siendo 60 miligramos la dosis mortal para un hombre, aunque se describen casos de muerte con 40 miligramos e incluso menos. Con 4 miligramos se observan habitualmente ya francos síntomas de intoxicación. El lector fumador recordará probablemente el efecto que le produjo el primer cigarrillo: tos, nauseas, y vómitos, mareos, dolor de cabeza, zumbidos de oído, debilidad, a veces diarrea, etc. Luego, a medida que se sigue fumando, aumenta la tolerancia del organismo, y dejan de aparecer síntomas tan molestos y notables, pero no se pierde por ello su efecto tóxico sobre diversos órganos nobles del cuerpo.
Cuando la dosis de nicotina absorbida por el organismo en una sola vez es mayor, además de los síntomas arriba mencionados aparece dificultad para ver y oír, debilidad extremada, tendencia al desmayo y depresión del corazón, produciéndose la muerte, si la dosis es suficiente, por detención de la respiración. El efecto es tan rápido que no hay habitualmente tiempo de hacer un tratamiento efectivo. En caso de que la respiración se haya detenido hay que recurrir a la respiración artificial mientras viene el médico.
Absorción y eliminación de la nicotina
La nicotina se absorbe con mucha facilidad a través de la mucosa de la boca, la nariz y el tubo digestivo del pulmón, y las vías respiratorias, y aún a través de la piel. Debido a que fácilmente pasa a través de la piel, se han producido graves intoxicaciones y aún la muerte cuando se han puesto en contacto con el mismo extracto de tabaco o soluciones de nicotina que se utilizan para matar los pulgones de las plantas, o en los casos clásicos de personas que han pasado como contrabando hojas de tabaco colocadas debajo de su ropa sobre la piel.
La mayor parte de la nicotina es transformada por el hígado en otras sustancias menos tóxicas, aunque una parte se elimina a través de la orina. Esta eliminación es bastante lenta, tardándose por ejemplo 3 o 4 días hasta que termina de eliminarse la nicotina por la orina, cuando se ha dejado de fumar. También se elimina nicotina por los pulmones, por la saliva, y se la encuentra en la leche de las fumadoras que lactan.
¿Qué cantidad de nicotina se absorbe al fumar?
La cantidad de nicotina que contiene el tabaco puede variar desde el 1 al 8 %. Algunos de los tabacos comunes contienen el 2 %, vale decir que un cigarrillo de 1 gramo hay unos 20 miligramos de nicotina. Una parte de este alcoloide se quema y otra parte se condensa en la colilla. En el humo que se aspira al fumar pasa del 10 al 15 % de la nicotina, vale decir, de 2 a 3 miligramos. Si se inhala el humo (lo que llaman los fumadores "tragar el humo"), el cuerpo absorbe del 80 al 90 % de la nicotina del mismo, mientras que si se lo mantiene en la boca se absorbe un 60 %.
Según cálculos bastante exactos de algunos investigadores, con cada cigarrillo que se fuma pasan a la sangre de 1,4 a 3,3 miligramos de nicotina si no se inhala o hace pasar el humo a los pulmones, y de 1,7 a 8 miligramos cuando se lo inhala. La variación de un caso a otro depende de muchos factores: riqueza del tabaco en nicotina; rapidez con que se fuma (cuanto más rápido, más nicotina pasa al humo); longitud de la colilla que se tira, pues a medida que se avanza, ésta es cada vez más rica en el alcaloide; humedad o sequedad del tabaco (cuanto más seco el tabaco menos nicotina pasa al humo). Al fumar un cigarro se absorbe habitualmente unas 4 o 5 veces más nicotina que en el caso de cigarrillo y algo más aún en el caso de fumar en pipa. Como observa un autor, una persona muy fumadora que en cada 24 horas fumara de 40 a 50 cigarrillos, recibiría en su sangre una cantidad de nicotina tal que podría matarlo, si no fuese el echo de que esa dosis la distribuye en varias horas, y hace notar que nadie permitiría que sin una razón muy poderosa, se le administrase diariamente una cantidad de veneno capaz de matarlo, pero distribuido en varias dosis para evitar ese último efecto. Y sin embargo la humanidad fuma cada vez más, como si no tuviese importancia alguna esa intoxicación colectiva con el tabaco. La tolerancia que tienen muchos médicos con el tabaco se debe que con frecuencia ellos mismos fuman. Y como reconoce un famoso médico de Nueva York que debió dejar el tabaco por un severo ataque el corazón que le produjo ese tóxico (nicotina), el hecho de fumar influye mucho en la actitud que toma el facultativo a ese vicio.
La nicotina es un alcaloíde líquido, incoloro (aunque se pone de color castaño al contacto con el aire), muy soluble en el agua. La acción principal de la nicotina sobre el sistema nervioso, es la de excitar brevemente en el primer momento, luego deprimir, y más tarde paralizar los ganglios del sistema llamado autónomo o neurovegetativo. Tiene también una acción semejante sobre el sistema nervioso central. A través de esta acción sobre el sistema nervioso, la nicotina puede afectar el calibre de los vasos sanguíneos en distintas partes del cuerpo, la presión arterial, el número y regularidad de los latidos del corazón, la respiración, etc.
La nicotina es una de las sustancias más tóxicas que se conocen, siendo 60 miligramos la dosis mortal para un hombre, aunque se describen casos de muerte con 40 miligramos e incluso menos. Con 4 miligramos se observan habitualmente ya francos síntomas de intoxicación. El lector fumador recordará probablemente el efecto que le produjo el primer cigarrillo: tos, nauseas, y vómitos, mareos, dolor de cabeza, zumbidos de oído, debilidad, a veces diarrea, etc. Luego, a medida que se sigue fumando, aumenta la tolerancia del organismo, y dejan de aparecer síntomas tan molestos y notables, pero no se pierde por ello su efecto tóxico sobre diversos órganos nobles del cuerpo.
Cuando la dosis de nicotina absorbida por el organismo en una sola vez es mayor, además de los síntomas arriba mencionados aparece dificultad para ver y oír, debilidad extremada, tendencia al desmayo y depresión del corazón, produciéndose la muerte, si la dosis es suficiente, por detención de la respiración. El efecto es tan rápido que no hay habitualmente tiempo de hacer un tratamiento efectivo. En caso de que la respiración se haya detenido hay que recurrir a la respiración artificial mientras viene el médico.
Absorción y eliminación de la nicotina
La nicotina se absorbe con mucha facilidad a través de la mucosa de la boca, la nariz y el tubo digestivo del pulmón, y las vías respiratorias, y aún a través de la piel. Debido a que fácilmente pasa a través de la piel, se han producido graves intoxicaciones y aún la muerte cuando se han puesto en contacto con el mismo extracto de tabaco o soluciones de nicotina que se utilizan para matar los pulgones de las plantas, o en los casos clásicos de personas que han pasado como contrabando hojas de tabaco colocadas debajo de su ropa sobre la piel.
La mayor parte de la nicotina es transformada por el hígado en otras sustancias menos tóxicas, aunque una parte se elimina a través de la orina. Esta eliminación es bastante lenta, tardándose por ejemplo 3 o 4 días hasta que termina de eliminarse la nicotina por la orina, cuando se ha dejado de fumar. También se elimina nicotina por los pulmones, por la saliva, y se la encuentra en la leche de las fumadoras que lactan.
¿Qué cantidad de nicotina se absorbe al fumar?
La cantidad de nicotina que contiene el tabaco puede variar desde el 1 al 8 %. Algunos de los tabacos comunes contienen el 2 %, vale decir que un cigarrillo de 1 gramo hay unos 20 miligramos de nicotina. Una parte de este alcoloide se quema y otra parte se condensa en la colilla. En el humo que se aspira al fumar pasa del 10 al 15 % de la nicotina, vale decir, de 2 a 3 miligramos. Si se inhala el humo (lo que llaman los fumadores "tragar el humo"), el cuerpo absorbe del 80 al 90 % de la nicotina del mismo, mientras que si se lo mantiene en la boca se absorbe un 60 %.
Según cálculos bastante exactos de algunos investigadores, con cada cigarrillo que se fuma pasan a la sangre de 1,4 a 3,3 miligramos de nicotina si no se inhala o hace pasar el humo a los pulmones, y de 1,7 a 8 miligramos cuando se lo inhala. La variación de un caso a otro depende de muchos factores: riqueza del tabaco en nicotina; rapidez con que se fuma (cuanto más rápido, más nicotina pasa al humo); longitud de la colilla que se tira, pues a medida que se avanza, ésta es cada vez más rica en el alcaloide; humedad o sequedad del tabaco (cuanto más seco el tabaco menos nicotina pasa al humo). Al fumar un cigarro se absorbe habitualmente unas 4 o 5 veces más nicotina que en el caso de cigarrillo y algo más aún en el caso de fumar en pipa. Como observa un autor, una persona muy fumadora que en cada 24 horas fumara de 40 a 50 cigarrillos, recibiría en su sangre una cantidad de nicotina tal que podría matarlo, si no fuese el echo de que esa dosis la distribuye en varias horas, y hace notar que nadie permitiría que sin una razón muy poderosa, se le administrase diariamente una cantidad de veneno capaz de matarlo, pero distribuido en varias dosis para evitar ese último efecto. Y sin embargo la humanidad fuma cada vez más, como si no tuviese importancia alguna esa intoxicación colectiva con el tabaco. La tolerancia que tienen muchos médicos con el tabaco se debe que con frecuencia ellos mismos fuman. Y como reconoce un famoso médico de Nueva York que debió dejar el tabaco por un severo ataque el corazón que le produjo ese tóxico (nicotina), el hecho de fumar influye mucho en la actitud que toma el facultativo a ese vicio.
0 comentarios:
Publicar un comentario